En
la mayoría de las ocasiones al tomar una decisión no actuamos de forma racional,
dejamos que nuestros sentidos nos
engañen y manejen. Es indiscutible que la evolución nos enseño a darle una
importancia vital a nuestros sentidos, pues son las entradas de los datos a
nuestro sistema. Los sentidos por ejemplo nos ayudaban (antes y ahora) a
detectar el peligro o nos reconfortaban con un aroma en el momento en que
sentíamos hambre, por lo tanto a pesar de que han pasado muchos años en los que
el ser humano ha evolucionado aun es un ser sensorial.
Es
importante anotar que dependiendo el individuo hay personas que dan prioridad a
un sentido sobre otro, e inclusive podemos hablar que en el género humano, el hombre es un ser visual y la mujer un ser
auditivo. Entonces es correcto afirmar que se nos puede seducir a compra o no,
a través de la manipulación de nuestros sentidos.
Nuestros
sentidos los cuales están directamente conectados y relacionados con nuestras
emociones, son la clave que causan movimientos en nuestras fibras más interiores, por lo tanto conocer como estas
manejas nuestra racionalidad y conducta llevándonos a elegir por ejemplo un
producto sobre otro por que nos recuerda en el caso de un hotel el olor de
nuestra casa, manejan de manera indirecta y subconsciente nuestra escogencia.
Estas
nuevas técnicas de marketing conocidas como neuromarketing que hacen uso de
mensajes sensoriales ocultos, son la clave para el análisis de que productos o
servicios se escogerán o cuales se desean que sean escogidos. Sin embargo desde
un punto de vista ético también podríamos afirmar que estamos controlando a las
personas para que compren lo que queremos que compren. Esto mismo es la causa
actual de muchas enfermedades en la población, por ejemplo por anotar una de
ellas: el aumento de la diabetes y la obesidad por el consumo desmedido de
bebidas azucaradas.
Finalmente
se puede concluir que engañando los sentidos cambiamos la percepción del cerebro, por lo cual
encontramos la importancia que tiene el mercadeo como herramienta para aumentar
las posibilidades de éxito en nuestros productos gracias al neuromarketing, ya
que tomando el ejemplo anterior el alto consumo y escogencia de determinadas
bebidas azucaradas no son productos del
azar, si no que son el resultado de planificadas campañas de mercadeo.
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